Evaluación universal y los riesgos

Julio Cesar Chamé Martínez, secretario de la sección 40 del SNTE

Por Ornán Gómez

Maestro Julio Cesar Chamé Martínez, secretario general de la sección 40 del SNTE, ante los actuales acontecimientos (marchas, mítines, demandas laborales, amparos jurídicos, negación a firmar cedulas de evaluación, comentarios y análisis bien intencionados en las redes sociales, artículos periodísticos,(consultar estas: (http://educacionadebate.org/2012/02/03/la-ocde-si-recomienda-despedir-maestros-con-evaluacion/ y http://educacionadebate.org/2011/11/22/proponen-servicio-profesional-magisterial/, entre otros), ¿cuál es la posición de la sección 40, como órgano que defiende y hace valer los derechos laborales de sus agremiados, con respecto a la evaluación universal?

Se rumora por parte de algunos que integran el comité seccional de ese sindicato, que la evaluación universal no afectará la situación laboral (plazas bases) de los docentes. Quiero creerlo. Sin embargo, los documentos y artículos periodísticos afirman lo contrario. Hablemos de uno, por mencionar un ejemplo: El Acuerdo de cooperación México-OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas. En la recomendación ocho, de este documento, dice:

“Evaluar para ayudar a mejorar: México necesita con urgencia un sistema de evaluación docente basado en estándares. Un sistema puramente formativo en sus primeros años, acompañado de un adecuado apoyo profesional. Después de haber implementado este sistema y de haber socializado sus reglas, el sistema puede incluir variables formativas y sumativas; por ejemplo, recompensar a los docentes excelentes o dar apoyo a los docentes de menor desempeño. Los docentes que presenten un bajo desempeño de forma permanente deben ser excluidos del sistema educativo[1]”.

Antes de entrar en detalle, cito este documento porque es allí donde el acuerdo para la evaluación universal, se basa. Ahora bien, ¿qué es lo que sugiere esta recomendación cuando dice que los docentes que presenten bajo desempeño deben ser excluidos del sistema educativo? ¿Acaso lo anterior no atenta contra los derechos laborales de los docentes?

Por otro lado, si hablamos de evaluar al docente, debemos entender que la evaluación no se limita a la aplicación de un examen estandarizado, pues este instrumento da por cierto, o así se infiere, que los docentes deben desarrollar ciertas habilidades de la misma forma; además de que un examen sólo mide capacidad de memorización y no habilidades o destrezas, y que éste, puede ser aprobado o no, dependiendo del momento emocional en el que se resuelva.

Maestro, sabemos que lo anterior es falso. Nadie aprende cosas de la misma forma que otros. Mucho menos se desarrollan habilidades de la misma manera. Biológicamente somos diferentes. Si partimos de este principio, ¿por qué la insistencia de uniformar ideas, pensamientos y formas de aprendizajes? Ante esto, pienso que usted, como líder de un magisterio estatal, y con un alto nivel de entendimiento, debe ser el primero en pronunciarse contra este proceso, e iniciar la discusión para la construcción de un sistema de evaluación justo y humano. Una cosa más, ¿usted sabe cuál es el origen y el verdadero propósito de la evaluación universal? Ahora, siendo más atrevido, ¿cómo serán evaluados ustedes que ocupan una comisión en los sindicatos? ¿Acaso serán evaluados?

Lo cierto, maestro, es que hay preocupación y desinformación. ¿Acaso no es obligación de los que ocupan un cargo temporal sindical informar al magisterio de las cosas que suceden con respecto al trabajo educativo? Si esto es así, ¿por qué no lo han hecho? ¿No será que, como siempre, ustedes, los del sindicato, priorizan más el aspecto político antes que el educativo? Si fuera cierto, que triste. Esa acción habla mal del magisterio y por ello, casos como el actual documental hecho por Loret de Mola (http://www.youtube.com/watch?v=exfC6JGBSCQ), tienen lugar. Pienso que ustedes, como representantes sindicales, deben promover las actualizaciones magisteriales. De esa manera los sindicatos estarían representados por personas capaces y libres de tomar decisiones al respecto de temas políticos y educativos.

Volviendo al tema de evaluación, lo primero que se debe hacer es discutir el concepto y los instrumentos a utilizar para evaluar. Sólo que ahora sería importante saber la opinión del docente. A usted, ¿cómo le gustaría ser evaluado? ¿En qué momento le gustaría ser evaluado? ¿Con qué adjetivos le gustaría que lo definieran después de ser evaluado? ¿Para qué querría ser evaluado? ¿Con qué tipos de evaluación le gustaría ser evaluado? Creo que a partir de estas preguntas, la forma y el propósito de evaluación cambian. Además de que dicha evaluación toma en consideración a la persona.

Tal y como se propone, maestro, ¿evaluar para qué? Si es para mejorar, entonces el camino a seguir debe ser otro. En primer lugar, la evaluación debe considerar las situaciones reales en que trabajan los miles de maestros en el estado. ¿Conoce las escuelas ubicadas en comunidades indígenas con alto nivel de marginación? Hay que ver cómo se las ingenia un docente para que el niño aprenda un contenido. También hay que analizar si el docente cuenta o no con los instrumentos de trabajo necesarios para promover en los alumnos el desarrollo de habilidades. Mencionemos un ejemplo: habilidades digitales.

Para ello, el docente requiere y así lo plantea la Alianza por la Educación, de salones multimedia dotados con computadoras personales para cada alumno, además de internet. ¿Nuestras escuelas cuentan con este material? Si es así, los docentes merecen una sanción, pero si no, ¿quién está reprobado? ¿El docente que trabaja con lo que tiene y puede, o las autoridades que reforman y prometen?

Con lo anterior no digo que esté en contra de las reformas y evaluaciones. Al contrario. Debemos impulsar la cultura de la evaluación y autoevaluación, en todos los niveles. Así, los políticos déspotas, corruptos e ignorantes, deberán ser evaluados y sancionados. ¿Por qué sólo a los docentes, maestro? ¿No estarán pensando en privatizar la educación pública, verdad? Si promovemos la evaluación en todos los niveles, ustedes, los que ostentan un cargo sindical deberían ser evaluados para mantenerse en esos espacios. Además de que se les debe exigir actualizarse.

Una cosa innegable, maestro, es que los docentes debemos actualizarnos para mejorar la calidad en la educación, como también es cierto que el estado debe facilitar los medios para que éstas sean de calidad. Además de que cada docente debe invertir en su propia preparación profesional. Que el docente se prepare en términos de actualizaciones académicas y en el uso de las nuevas tecnologías es una necesidad que debe traducirse en beneficio para los jóvenes que atiende. Si esto es así, ¿acaso el sindicato no podría gestionar que la preparación y actualización de sus agremiados sean las más eficientes?

Ahora, si ahondamos más en la reflexión del porqué el sistema mexicano no es comparable cuantitativamente con otros países, en cuanto a resultados que arrojan los exámenes estandarizados, es porque en México no se toman en consideración las condiciones reales en las que operan las escuelas. A lo anterior agreguemos que aquellos que diseñan los currículos que los docentes deben trabajar, lo hacen pensando desde un escritorio. Esto trae como consecuencia que las cosas resulten más contradictorias. Los docentes desconocen de esos planteamientos porque nunca se les consensa o toma en cuenta. Esto trae como consecuencia que las reformas hechas en materia educativa nunca terminen de consolidarse en las escuelas, pues el docente es ajeno a ellas.

Pero volviendo al tema de evaluación universal. ¿Por qué si dicha evaluación no afecta a los docentes, muchos maestros de diferentes partes de la republica se movilizan? ¿Acaso todos ellos están equivocados? No lo creo. En el acuerdo para la evaluación universal, al inicio del texto se menciona, entre comillas, el término “evaluar para mejorar”. ¿No son las mismas palabras que utiliza la OCDE en el punto 8? Sin embargo, no es todo. Párrafos más abajo, en la página dos, hace referencia a este organismo cuando dice:

“Por ello, la demanda de los docentes en diferentes foros institucionales, ha sido la de impulsar la consolidación del Sistema Nacional de Formación Continua para Docentes de Educación Básica en Servicio, coincidiendo en este tema la Secretaría de Educación Pública, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, las autoridades educativas estatales, los académicos y especialistas, las organizaciones de la sociedad civil, así como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico[2]”.

Insisto. En el párrafo anterior se hace énfasis en los planteamientos de la OCDE. Entonces, ¿existe o no el peligro de que despidan al docente del sistema educativo? Evaluar al docente es necesario. Debe ser una forma de rendir cuentas a la sociedad. Sin embargo, la condicionante es lo que preocupa. ¿Por qué? Sencillo. Uno. Dicha evaluación que no se limita sólo al examen, sino abarca otros aspectos, está diseñada no para mejorar, sino para clasificar a los docentes en excelentes, buenos o malos. Al final sólo se quedan “los excelentes”. ¿Y qué pasa con el resto? ¿En realidad no son competentes o los instrumentos de medición no fueron los correctos? Con esto no quiero decir que esté en contra de ser evaluado. Al contrario. Sólo que si me dieran a elegir, propondría otras formas.

Por otro lado, y que viene sonando mucho, es el tema de la certificación. ¿Usted qué piensa? Dicen por ahí que ahora el docente deberá certificar sus competencias y habilidades. Estoy de acuerdo. Pero qué hay detrás de eso, si en un documento emitido al congreso de la unión para su aprobación, algunos senadores del PAN y PRD, proponen la modificación de la ley general de educación y en la cual plantean la creación de un servicio profesional magisterial que dice, en lo que sería el artículo 21:

“Para ejercer la docencia en instituciones establecidas por el Estado, por sus organismos descentralizados y por los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios, los maestros deberán obtener la certificación de conocimientos y aptitudes expedida por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Para ejercer la docencia en los centros del sistema educativo nacional públicos, los maestros deberán ingresar por concurso de selección al Servicio Profesional Magisterial, de acuerdo con los requisitos establecidos por la autoridad educativa federal[3]”.

Por lo que veo, el futuro del magisterio publico va encaminado a desaparecer, o al menos al despido de muchos de sus agremiados. Lo digo porque en el mismo documento citado, se plantea que quien debe determinar los criterios que regirán al sistema educativo nacional, sea la SEP. ¿Y el SNTE, dónde queda?

Sin embargo, no es todo. En otro documento, publicado en el diario de la federación el día 6 de septiembre de 2007, aprobado por el actual presidente de la republica y que se denomina Reglamento de la ley del servicio profesional de carrera en la administración pública federal, plantea en el articulo 61 correspondiente al capítulo decimo segundo, lo siguiente:

“Los servidores públicos de carrera que obtengan resultados no satisfactorios en su segunda evaluación de capacitación, serán separados de su puesto y del Sistema, y en consecuencia causarán baja del Registro”[4].

¿Acaso dicho documento no abarca al magisterio por prestar un servicio público? De ser así, ¿porqué algunos, del sindicato estatal y nacional, le restan importancia a lo que está sucediendo al decir que no pasará nada? Una cosa es cierta, maestro, el magisterio ya no se deja engañar fácilmente.   

Creo que es necesario que todos los docentes actualicemos nuestros conocimientos. Esto es una verdad. Es más, los sindicatos deberían, como parte de los proyectos que los rigen, promover las actualizaciones de sus agremiados, tanto en política como en temas académicos. Ello ayudaría en mucho a mejorar la profesionalización de los docentes y se reduciría, en gran medida, tanto docente “politiquillo” que sólo utiliza al sindicato para volverse un diputado.

Creo, para no redundar, que el tema de evaluación universal y de certificación, tiene que discutirse para que, como magisterio estatal, tomar una determinación. Y para ello, usted, como líder de la 40, debe, pienso yo, redefinir su posición académica y política. ¿Peligran los docentes con la mentada evaluación universal a partir de las recomendaciones de la OCDE? Ojalá no, pero si es así, ¿Cuál es su posición política y académica al respecto?

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[1] Tomado de http://www.oecd.org/dataoecd/8/4/47101298.pdf. Acuerdo de cooperación México-OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas. Resumen Ejecutivo. PÁG 6.

[2] Tomado de http://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/1796/1/images/Acuerdo%20para%20la%20Evaluaci%C3%83%C2%B3n%20Universal%20de%20Docentes%20y%20directivos%20en%20Servicio%20de%20Educaci%C3%83%C2%B3n%20B%C3%83%C2%A1sica.pdf. Acuerdo para la evaluación universal, pág. 2.

[3]  Iniciativa con proyecto de decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley General de Educación. Pág 7.

[4] http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/regley/Reg_LSPCAPF.pdf, pág 17.