domingo, 24 de mayo de 2015

La tragedia de Jonás



¿Quieres reír carcajadas y luego paralizarte por el 
suspenso? Entonces tienes que leer La tragedia de Jonás de Gamaliel Sánchez Salinas. ¿Por qué? Porque cada cuento, de los siete que integran el libro, goza de una particularidad que los hacen únicos. Escrito con la sencillez y fluidez que caracterizan los escritos de Gamaliel Sánchez, La tragedia de Jonás está salpicando de erotismo como cómplice que precede a la entrega de la carne. Además, el autor ofrece un recorrido al mundo del fisicoculturismo conjugado con la literatura. En La historia de Muscleman, Gamaliel nos ofrece un exquisito relato que ofrece al lector de manera detallada las peripecias de quien, llevado por el deseo de lucir pectorales y abdomen a la Superman, recurre a inscribirse a un gimnasio para tonificar los músculos. Después de cuatro días de entrenamiento, cuando el cuerpo es un amasijo de músculos y huesos doloridos, qué primará, ¿el músculo o la imaginación? Seguro que cuando el lector lea esté relato no dejará de reír.

Por otro lado, Gamaliel usa las redes sociales como tema de reflexión desde los cuentos. ¿No es acaso que la internet ha modificado la vida de las personas hasta el grado de modificar el concepto de amistad y amor? Hoy en día se conquista a partir de la fotografía que se coloca en las redes sociales, pareciera sugerir Gamaliel en los cuentos Suum cuique y Las ovejas de Ahriman. En ambos, el encuentro de parejas es por Facebook. En el primero hay un final bonito. Una relación cibernética que termina en una relación amorosa en cuerpo presente. En el segundo no. Hay un final que indica muerte. Lo anterior hace pensar en quiénes son los que manipulan esas invitaciones que de pronto aparecen en las cuentas de los usuarios del Facebook. ¿No será un asesino en busca de victima? Gamaliel nos ofrece una respuesta a esta interrogante en Las ovejas de Ahriman.

Además de lo ya planteado, existen otros temas que aborda el escritor chiapaneco quien radica en Villahermosa: la literatura, el box y lo sobrenatural conjugado con un estilo detectivesco. Los temas están desarrollados en “Esa niña debe ganar”, Mis chanclas, ¿dónde están mis chanclas?, y La tragedia de Jonás. Seguro que el lector sentirá los ganchos al hígado, o los rectos directos a la mandíbula en Mis chanclas, ¿dónde están mis chanclas? O sentirá una especie de escalofrío cuando se halle frente a una bestia sobrenatural en La tragedia de Jonás que da titulo al libro.


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