lunes, 16 de diciembre de 2013

No hay que rajarse De Rodolfo Lara Lagunas

Del escritor Rodolfo Lara Lagunas

El Programa Nacional de Lectura y Escritura de Tabasco, bajo la dirección del editor y escritor, Gamaliel Sánchez Salinas, tuvo el acierto de publicar el libro No hay que rajarse del narrador Rodolfo Lara Lagunas quien desde su posición de maestro comunitario aborda el tema del magisterio en su relación con la comunidad, así como las necesidades afectivas y económicas que los jóvenes libran en su recorrido escolar, y que son determinantes en la conquista de los sueños.

No hay que rajarse es un compendio de diez cuentos que narran de manera acertada las realidades que enmarcan el trabajo del profesor comunitario, y la forma como este reacciona ante contextos nuevos y diferentes. ¿Qué actitud asume el profesor ante un contexto determinado por normas y costumbres diferentes a las suyas y donde, además, el docente es un extraño? ¿El profesor respeta el pensamiento y las ideas de los habitantes, o impone sus ideas y pensamientos consecuencia de su cultura? Rodolfo Lara ofrece una reflexión bastante inteligente en el cuento Cuestión de costumbres cuando Martha, la directora de la escuela, intenta impedir que los habitantes de una comunidad que están acostumbrados a bañarse totalmente desnudos en el río (el sexo no tiene el carácter oculto de las sociedades modernas) sin que ello les origine ninguna preocupación, o vergüenza, lo sigan haciendo con el argumento de que es “pecado” y “una falta a las leyes morales”.

Sin embargo, Rodolfo Lara no sólo nos remite al tema del magisterio, aunque ello es central en la obra. También describe el odio que galopa en las venas del estado, la sed de sangre que arde en sus entrañas, y la fiereza con que intenta despedazar las ideas que contradicen sus decisiones, y ponen sus acciones en tela de juicio. Lo anterior puede verse en el cuento Esos que se van a bañar, ¡a la reja!, donde el autor describe de manera exacta los abusos que el gobierno de Tabasco cometió contra estudiantes de licenciatura cuando estos exigían sus derechos en manifestaciones publicas. En esta descripción no faltan lágrimas revueltas con sangre y polvo que se conjugan con los golpes de unos policías que buscan liberarse de sus frustraciones y odios que les consume el alma, pues ellos son, sin duda alguna, los heraldos del gobierno, y del odio mismo.

Este libro, más que ahondar en estructura y estilo literarios, busca hacer del lector un cómplice que le permita contagiarlo de inconformidad ante un sistema político corrupto, así como en la necesidad de soñar nuevas formas de relaciones humanas. El autor, desde la perspectiva de un maestro, nos ofrece una realidad que pasa desapercibida por la mayoría de la población, pero no así para el ojo educado de un escritor joven que busca a través de sus cuentos hacernos reflexionar sobre el oficio del docente. 

¿El maestro debe limitarse sólo a dar clases? ¿Qué harías como profesor si de pronto una alumna llega a tu mesa y sin más preámbulos te sorraja con la noticia de que su padre la viola todas las noches, o que de pronto, al llegar a la dirección, te hallas a un chico que te dice que desea estudiar, pero que el director no puede inscribirlo porque rebasa el limite de edad? ¿Estarías dispuesto a utilizar parte de tu salario de profesor para apoyar a un estudiante en la conquista de sus sueños? Lo anterior son preguntas que el lector puede formularse mientras recorre montañas, ríos y caminos polvosos que lo conducen a la comunidad, o al atestiguar la manera como la rabia de la impotencia estalla en los ojos de un joven estudiante que es sometido a golpes como un animal rabioso, o en la mirada dulce de una profesora que desea ayudar a su alumna violada, pero que no sabe cómo.


Este libro que está pensado para estudiantes de educación básica, también debe estar destinados a los profesores pues cada cuento es la posibilidad de reflexionar sobre lo que se hace día con día en las aulas, mientras que para los estudiantes puede representar una oportunidad para conocer un mundo determinado por la injusticia y que muchas veces dista de lo que se vive en las comunidades pero, que, sin embargo, es necesario conocer pues es allí donde se gestan los otros estilos de vida.

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