lunes, 7 de septiembre de 2015

El cuervo negro y es cisne blanco de Martha Ghiglioni


El cuervo negro y el cisne blanco, adaptación de Toobpong, ilustración de Nutthaphol Chaiwat, escrito por Martha Ghiglioni, y editado por Libros del Rincón, en la serie Al sol solito, es una lectura que los profesores pueden ofrecer en este inicio de ciclo escolar y que, seguro, los niños disfrutarán. Los párrafos están compuestos por rimas que los pequeños podrían aprender sin esfuerzo. Sin embargo, la lectura no debe quedar en el aprendizaje de las mismas, sino avanzar a la reflexión del texto mismo. La historia plantea el tema de las diferencias físicas. ¿Porqué se antoja importante analizar este tema desde los primeros años de escuela? Precisamente porque el mundo que habitamos obvia las características particulares de los individuos que componen una sociedad. Y si esos niños son parte de este presente enmarcado por el cinismo de la corrupción, la voracidad de la violencia y la desesperanza social, ¿porqué no enseñarles a los pequeños a ver la vida con otros ojos? Nadie es mejor o peor que otro por el hecho de ser diferente.  

En la historia, el cuervo desea ser blanco como el cisne. No acepta su color porque le produce insatisfacción. No en vano canta con tristeza:

“soy negro como la noche
oscuro como el carbón…
¿Por qué tengo plumas negras?
¡Si blancas las quiero yo!
¿Por qué soy un cuervo negro?
¡Si me gusta otro color…!”


El cuervo intentará, por todos los medios, cambiarse el color. Sin embargo, cada vez que lo intente, los resultados serán desastrosos. ¿De dónde nace esa insatisfacción por su color? Y es justo aquí donde el análisis aumenta en complejidad. ¿Los pequeños tienen alguna insatisfacción cuando todo su mundo está determinado por la imaginación, la inocencia y la magia? ¡No! La insatisfacción, supongo, aparece cuando se deja de ser niño. Es posible que cuando el pequeño se vuelve adulto y sus necesidades cambian, las insatisfacciones aparecen. ¿No surgirán cuando el hombre empieza a ser definido en relación a sus posesiones materiales? Quizá esta y otras reflexiones pueden ser generadas por nuestros pequeños. Sin embargo, volviendo al asunto de las diferencias físicas, la insatisfacción por el cuerpo, el color, la forma, entre otras, es un asunto que el ser humano padece en ocasiones. De ahí la importancia que los pequeños aborden, desde la lectura, el tema de la diversidad para se conozcan y amen tal como son.

Que los niños sepan valorar a las personas por sus emociones, sentimientos, físico, cualidades, inteligencias, tristezas, alegrías, entre otras cosas, debe ser un objetivo de las escuelas. Ello haría que los niños aprendan amar la vida en sus múltiples formas de expresión. No a propósito el cisne le dice al cuervo al finalizar la historia:

“¡No es importante el color!
¡Nadie vale más o menos
por su aspecto exterior!
Valioso es brindar amor,
Ser amable, respetuoso…

¡y tener buen corazón!”.

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