jueves, 28 de febrero de 2013

Atardeceres de Comitán





La claridad del día perece ante la negrura de la noche donde los demonio y ángeles que nos habitan emergen para hacer de las suyas. Los demonios visitan las iglesias y confiesan sus pecados y penas, mientras que los ángeles, cansados de tanta paz, se embriagan en los antros y piensan en sexo. En tanto esto pasa, el ser humano agoniza en un sueño que terminará con los primeros rayos de sol.

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