No tendrás rostro de David
Miklos (San Antonio Texas, 1970), editado por TUSQUETS editores, en colección
andanzas, es una novela que narra el retorno al pasado, porque allí se
encuentra la posibilidad de encontrarse con los recuerdos que pueden brindar
nuevos sentidos a la existencia de Fino, personaje central de esta odisea. La
novela, además, describe un mundo consumido por la violencia que hace pensar en
el mundo actual. Las preguntas que surgen al ir leyendo son, cuando la
violencia se apodere de todo ¿cómo será la vida?, ¿dónde habitarán los pocos
hombres que intenten conservar su condición de hombres?, ¿o es acaso que la
condición del hombre es ser violento? La violencia corrompe al ser humano, además
de destruir el aire, el agua y la tierra. No en vano La última dice que “La
violencia es más depredadora cuando nadie la ve, cuando todos la sentimos”.
Fino, la Rusa y Blumenthal
viven en El palomar, unas cabañas a orillas del mar. Allí producen sus propios
alimentos. Para conseguir otros productos se establece el trueque con
habitantes de otros lugares. Puede pensarse que tras la violencia que acaba con
todo indicio de vida, el hombre vuelve a un estado primitivo. Es allí donde se
descubre animal que, de nuevo, va conociendo un mundo en base a sus instintos.
La racionalidad ha quedado fuera de este mundo que subyace al mundo destruido
por la violencia y la avaricia.
Y es en el Palomar cuando
Fino, antes de casarse con la Rusa, tiene deseos de volver a la ciudad para
hallarse con su pasado. En esa travesía, el personaje irá descubriendo otros
personajes que se refugiaron en túneles y estaciones de trenes abandonados, desde
donde intentarán establecer otras formas de organizaciones en base a nuevos
mandamientos: No hablarás, No tendrás rostro, No celarás la comida, No tocarás
a tu prójimo, No mostrarás la piel desnuda, No liberarás tu semilla, No
desecharás tu sangre, No existirás más bajo el puente. Criterios que permitirán
que la vida florezca entre la inmundicia del desperdicio y el vacío.
Cuando el personaje llega a
la ciudad descubre un lugar silencioso y derruido; las casas abandonadas son
muestra que la violencia destruyó todo. Fino va en busca de su antigua vivienda
porque allí, en el patio de la misma, años atrás enterró el ombligo de su hijo,
mismo que fue devorado por la violencia. Quizá ese pedazo de carne seca es la
imagen más desoladora de la historia, pues expresa el deseo de asirse al pasado
con la finalidad de hallar un sentido a la existencia enmarcada por el sinsentido
de la destrucción. ¿Qué es un hombre sin pasado?, pareciera plantearnos Miklos
al final de la historia, justo cuando Fino toma el ombligo.
No tendrás rostro es una
novela escrita con la maestría del buen narrador, pues cada párrafo es una
imagen que ofrece nuevas formas de interpretar la realidad. Es posible que
durante la lectura, el lector no halle diferencia entre ficción y realidad.
Quizá existan momentos en que no sepa si lee o es un personaje de la misma. En
ambos casos, el lector tendrá experiencias únicas.
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