martes, 27 de septiembre de 2011

La caja voladora en Nuevo Llano Grande.


Alumna compartiendo lectura.
Narración oral.

Lecura la Madre de lucifer.

Lectura en voz alta.

Presentación de libros.

Alumnos escogen libros.

Alumnos escogiendo libros.

Alumnos revisando libros.

Alumnas revisan libros.

Revisión de libros.

El proceso.

Revisión de libros.

Exposición de libros.

Elaboración del paraguas literarios.

Paragua literario.

Alumnos susurrando frases.

Alumnas susurran versos.

Alumnas antes de compartir una lectura.


Alumnos y el profesor Joel Enrique.


Experiencia 3.
Nuevo Llano Grande.
Ornán Gómez.


La Telesecundaria Paulo Freire se ubica en Nuevo Llano Grande, a un costado de los Lagos de Colón. Quizá por ello el clima es caluro. La escuela es grande, enmallada. Con árboles frutales plantados a su alrededor. Se encuentra inscrita al programa de tiempo completo que consiste en trabajar hasta las cinco de la tarde con los niños. Tiene una pequeña biblioteca y frente a ella, una cancha de usos múltiples. Más adelante, en filas, los tres salones donde los docentes atienden a los jóvenes. 
Cuando llegué, los docentes, dos de ellos, trabajaban en sus grupos. El director, dijeron, salió de la comunidad para cobrar el apoyo económico que sirve para comprar alimentos para los alumnos. Después de charlar con Joel Enrique, docente de tercer grado, y Juan Antonio, encargado del segundo grado, les propuse trabajáramos lectura en voz alta. Yo haría actividades con los alumnos, y ellos, al final, una lectura compartida para los jóvenes. Aceptaron.

En tercer grado encontré a jóvenes participativos y alegres. Antes de presentarme improvisé una historia sobre mi abuelo, campesino, y contador de historias. Describí las montañas tupidas de arboles donde a rugía el jaguar y cantaban las chachalacas. También hablé del cafetal y del concierto de las chicharras. A cada cosa que contaba le ponía énfasis para atrapar la atención de los muchachos y motivarlos a realizar las actividades. El plan funcionó. Los niños escuchaban atentos. Después de observar que estaban quietos, en espera, me presenté y expliqué el motivo de mi visita. 

Realicé más o menos las mismas actividades de las escuelas anteriores. Puse música, después hicimos ejercicios de respiración, luego, en la misma actividad, vocalizamos. Luego les pedí leyéramos una frase de una historia imaginaria. Mi sorpresa es que todos lo hicieron. Más adelante les leí La madre de Lucifer, lo cual encantó, si no de la misma manera que en Plan de Ayala, al menos se interesaron.

Después presenté mi caja voladora y los jóvenes escogieron un libro. Lo hojearon. Luego cada uno lo presentó al resto del grupo. Les propuse buscaran una frase de sus agrado. Al finalizar esta actividad, hicimos nuestros paraguas literarios. Organizamos dos equipos. Uno de hombres y otro de mujeres. Ganaría el que adornara primero el paraguas. Ganaron los hombres. Al finalizar salimos del salón y cada joven susurró una frase al resto de la escuela. Esto se hizo hasta terminar con las papeletas del paraguas. Después volvimos al salón y los docentes presentaron el cuento El narrador. Después me despedí. Tomé mis cosas y salí de la comunidad. Era hora de visitar otra escuela.

Miércoles 21 de septiembre de 2011.

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