domingo, 6 de abril de 2014

Una desolación de Yasmina Reza



“Te habría preferido criminal o terrorista antes que militante de la felicidad”.

Una desolación de Yasmina Reza, editado por Anagrama, invita a reflexionar sobre la vejez. Samuel tiene setenta y tres años y aborrece la vida quieta y sin ambición, así como a las personas que practican esta forma de vivir. El hombre se hace a fuerza de trabajo y no con buenos deseos. En la idea del trabajo duro, no cabe el concepto de amor y felicidad. Al respecto, Samuel cuestiona: qué es la felicidad, cómo se vive, dónde se consigue, qué beneficios tiene. La felicidad es basura. Una palabra que el sistema económico inventó para sustituir el esfuerzo físico e intelectual. La esencia de la vida está en el trabajo y en la producción de riqueza económica, aunque ello te aleje de hijos y familia, indica Samuel.

La novela de Yasmina Reza te lleva a pensar que en las sociedades modernas, la prioridad apunta a la adquisición de bienes materiales. Lo anterior lleva a pensar en qué tipos de relaciones pueden construirse en esas familias. ¿Los hijos aman a sus padres?, ¿los padres aman a sus hijos? Debido a la rapidez con que los habitantes de las metrópolis viven la vida, las relaciones familiares se fincan en la simulación del cariño. En esos estilos de vidas, la prioridad es acumular capital económico y no las relaciones familiares, deja entrever Yasmina Reza en Una desolación. Sin embargo, a la par que el hombre acumula poder y riquezas materiales, desarrolla una insatisfacción que puede traducirse en rencor a la vida misma. Samuel, a sus setenta y tres años, reflexiona: ¿qué hice de mi vida?, ¿mis hijos me quieren? Al referir estos cuestionamientos, el personaje deja entrever una soledad que lo arroja a un mundo de odio y frustración del cual ni los propios hijos escapan.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola. Aquí puedes dejar tus comentarios.