A 24 kilómetros de la sofocante ciudad de Tuxtla
Gutiérrez se hallan la cascada El chorreadero que permite practicar la natación
y la caminata por sus alrededores. Rodeado de una exuberante vegetación donde
se identifican el mulato y enredaderas que trepan a los árboles, además de
montañas rocosas, este lugar es propicio para disfrutar del contacto con la
naturaleza. El agua que proviene de una gruta y que cae en cascada forman
pequeñas albercas naturales donde uno puede nadar con seguridad y en calma, pero
si por el contrario se prefieren las emociones fuertes se recomienda internarse
en la gruta y disfrutar del silencio interrumpido por el murmullo de otra
cascada que se halla en la parte de adentro de la misma.
En el recorrido dentro de la gruta se pueden apreciar
estalactitas de rocas calizas y murciélagos que duermen en la oscuridad de la
cueva. Allí, en la caída de la segunda cascada, se forma un remanso de agua
fría y limpia donde se puede nadar siempre y cuando uno se acompañe de una
lámpara de mano que ilumine la oscuridad.
Ahora, si lo que se busca es tranquilidad y silencio,
se sugiere visitar este paisaje al atardecer donde se podrá disfrutar de una
puesta de sol que da al lugar un toque mágico y poético. Los meses más
recomendables para visitarla son aquellos donde no vacaciones o puentes
laborales, ya que en esos días el lugar luce repleto de personas lo que impide
apreciar las maravillas naturales de la gruta.
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