Leer El fútbol a sol y sombra de Eduardo Galeano en un e-book me produjo un placer similar al que se
experimenta cuando se lee en papel impreso. Al principio pensé que me dolerían
los ojos, y luego sentiría vértigos; sin embargo, nada de eso ocurrió. El libro
electrónico me lo facilitó Óscar Villatoro, lector voraz, además de fotógrafo.
Leía a ratos en el teléfono celular (Samsung Galaxi noud 2) cuando me hallaba
en la fila del banco, en algún café, o en el coche. Lo atractivo fue descubrir que
más allá de la pantalla habitaban historias con emociones propias. Sin embargo,
la lectura del libro en general lo hice una tarde fría, lluviosa, recostado en una
cama calentita, y dos días después de sepultar a mi abuela.
Al terminar la lectura pensé con respecto a la obra: ¿Qué hay detrás del fútbol? ¿Quiénes mueven los hilos
que determinan los destinos de este deporte? ¿Los futbolistas fungen como
deportistas, o son simples mercancías intercambiables, rentables o hasta
vendibles de acuerdo a su valor de uso? ¿Desde qué momento el fútbol pasó a ser
una mera mercancía que se refleja en millonarias ganancias de dólares? ¿Qué
momentos históricos han enmarcado a este deporte?
Llegar a estos
cuestionamientos da cuenta de que los libros digitales funcionan bien, y pueden
ser una posibilidad inteligente para seguir promoviendo la lectura en un marco
donde la tendencia es la digitalización en todos los sentidos. Ello no significa
que el libro impreso tenga que desaparecer, pero sí la urgencia de prepararnos
para ingresar al mundo de lo digital que ya es una realidad. Lo anterior es
también una exigencia a los sistemas de gobiernos, pues es necesario que éstos doten
a las escuelas de aparatos digitales donde los chicos puedan leer libros
digitales, u otros materiales, y arribar a nuevas experiencias lectoras.
Leer un e-book, pensé después de terminar
y arrellanarme entre las cobijas, evita cargar libros de viajes. En un teléfono
puedes transportar dos o tres mamotretos de tu preferencia que podrás disfrutar
en cualquier momento. El éxito de la lectura consiste en la concentración que
uno pueda desarrollar en ella, no en el formato. Después de mis cavilaciones, conté
a Rita, mi esposa, que la obra El fútbol a sol y sombra era divertida,
aleccionadora y triste pues allí se conoce las peripecias que un jugador pasa
cuando experimenta la cima del éxito, además de la presión que el imperio del
poder futbolístico representado por la FIFA ejerce en los jugadores para
acrecentar su desempeño. Un futbolista, en la actualidad, le mencioné a Rita
con aires de maestro que sabe mucho, no es más que una mercancía negociable determinado
por los dividendos económicos que puede generar para las agencias futbolísticas.
Galeano, en esta obra amena, reforcé, hace una diferencia entre el fútbol que
se hace por amor al deporte, y el fútbol que se hace por obligación. En la
primera tenemos como ejemplo a Pelé o Maradona quienes realmente disfrutaron del
fútbol, mientras que en el segundo tenemos un deporte militarizado donde los directores
técnicos son quienes deciden las estrategias de juego en la cancha relegando a
los jugadores a meros receptores de ordenes.
Después de esta explicación, y tras el silencio humilde
de mi esposa, apagué el móvil, le besé las manos, y me decidí a dormir el resto
de la tarde, pero con la idea de cuando regresara a la ciudad buscaría a mi
amigo Óscar Villatoro para solicitarle más libros e-book e
iniciar el contacto definitivo con estos formatos digitales que son otra forma divertida
de leer.
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