“Siempre he evitado la
palabra amor. Un sustantivo devaluado, una moneda tan usada que ha perdido el
relieve, de manera que se puede acariciar entre los dedos sin percibir imagen
alguna; una moneda que no me atrevería a dar en pago por miedo a ser mirado como
estafador”, de esta manera Samuel, el personaje de La invención del amor de José Ovejero, escritor madrileño, define
el amor en una sociedad donde el engaño y el autoengaño son vías para escapar
de una realidad que tiene su razón de ser en la superficialidad de las cosas,
en el consumo de artículos que brindan estatus, en la pasión por la carne donde
se desatan encarnizadas luchas acicateadas por el deseo, en la mentira que
descuartiza la dignidad, y en la soledad insoslayable que produce una
muchedumbre que tiende a borrar la individualidad.
La invención del amor tiene
su epicentro en una llamada telefónica equivocada donde a Samuel, un cuarentón
que hace lo que le viene en gana, le informan que Clara, su ex amante, ha
muerto. Éste, para vivir una experiencia nueva que lo arranqué de su monotonía,
decide adoptar la personalidad de la persona con el que lo confunden y que
también, es el colmo de la casualidad, se llama Samuel. A partir de este
momento, Samuel investigará quién fue Clara, cómo era, qué hacía, qué lugares
frecuentaba, cómo era su entrega al amor, y un sinfín de cosas más que harán
que a partir de sus pesquisas, este empiece a interesarse en Clara, y en desear haber sido pareja suya.
Durante el recorrido que
Samuel hace en la novela, Clara podría representar la rebeldía encarnada en los
deseos de hacer aquello que las sociedades prohíben. Es a partir de las acciones
que Samuel descubre hacía Clara, como se puede entrever una critica a las
sociedades modernas donde la superficialidad y la destrucción de los valores
como el amor, son sustituidos por la superficialidad en las relaciones
amatorias quedando estas en el plano de lo inmediato, de lo visual, propiciando
que a la larga estas relaciones terminen en separación y odio.
En la obra de Ovejero, que lo
hace ganar el premio Alfaragua de novela 2013, habitan personajes que intentan
reivindicar su individualidad contra la ola de rutina que los aplasta, y los
destruye poco a poco. El amor en la novela de Ovejero se resume a rutinas
establecidas y frases elaboradas que son modas, y que no expresan emociones y
sentimientos que hagan vibrar el alma. El matrimonio, como consecuencia de una
relación contraída más por una necesidad de no estar solo, se limita a una
relación monótona donde se cumplen roles y responsabilidades establecidas que a
la larga culminan con la aniquilación de un individuo con sueños, ambiciones,
esperanza, ambicioso por vivir una vida plena que le genere experiencias
satisfactorias y que le recuerde que también es un dios en este paraíso
perdido.
Por lo planteado, sin duda,
la lectura de La invención del amor desembocará en una ola de reflexiones que el lector podrá canalizar hacia si
mismo, pero en relación con el medio donde vive y culminar con una opinión de
la novela en relación con la vida misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola. Aquí puedes dejar tus comentarios.