La sombra del caudillo de
Martín Luis Guzmán es una obra necesaria para entender la complejidad de la política
mexicana en relación al poder. Pese a que la novela fue escrita en 1929, y llevada
al cine en 1960 por el director
Julio Bracho, las estrategias sucias y engañosas que describe como parte de la
política mexicana siguen siendo parecidas a las utilizadas en la actualidad.
La novela, organizada en
seis capítulos, narra sucesos políticos posterior al movimiento revolucionario de
1910, donde los nuevos gobernantes eran militares que escudaban su ambición en
los postulados revolucionarios y establecieron la política del crimen y de las
armas. Es de suponer que Martín Luis Guzmán centró la atención en el periodo
presidencial de Álvaro Obregón y el
apoyo que éste dio a Plutarco Elías Calles para que lo sucediera en el cargo, y
lo cual tuvo como resultado el asesinato de aquellos quienes se mostraron
contrarios a las disposiciones del partido en el poder, lo cual no es nuevo en
el escenario político actual donde la
frase “la política es la ciencia de nunca perder”, se acuña a la perfección.
La sombra del caudillo es un
recorrido por las esferas políticas de un México posrevolucionario donde todo
se resuelve con muerte y traición. En ella se analiza la doble naturaleza de un
político. Por un lado el lado amable y bonachón que finge con el pueblo. Por otro
lado surge el monstruo apocalíptico de siete cabezas con hambre y sed de poder.
Es por ello que la política, analizado desde la perspectiva de la obra de
Guzmán, podría definirse como un virus que se internaliza en el individuo
borrando todo resto de humanidad hasta convertirlo en una máquina sanguinaria
que acciona con la rapidez de una víbora de cascabel. El principio de la
política es jamás decir la verdad, esbozan continuamente los personajes de la
novela quienes se organizan en dos bandos que, sería ingenuo pensarlo, jamás
consideran las necesidades de un pueblo que se revuelca en la miseria, sino que
van en busca de sus intereses. Por un lado aparece Ignacio Aguirre, mientras
que del otro lado está Hilario Jiménez. El primero ministro de guerra, el
segundo del estado. ¿Quién define al ganador? Sin duda el dedo inamovible del
presidente en turno que sabe porque caballo apostar.
La sombra del caudillo es una
descripción exacta de la política mexicana posrevolucionaria que sienta las
bases para la creación del PRI y la política del terror. El que ose contradecir
las decisiones del monstruo lo pagara con la vida.
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