Bibliotecas escolares
Ornán Gómez
Que la secundaria pública cuente con biblioteca, es un logro de Vasconcelos. La gran apuesta era formar personas críticas y amantes del arte. La escuela se concibió como el espacio donde maestros y sociedad pudieran conocer y apreciar formas de expresiones artísticas, incluyendo el aprecio por la lectura. De esta manera, escuela y lectura se proponía como un solo proceso. Ambas se complementaban. Uno era sinónimo del otro. Sin embargo, la propuesta requería de maestros lectores. Docentes que amaran la literatura y conocieran las distintas expresiones artísticas. Con ello, la escuela se convertía en un espacio donde las ciencias y la literatura, además del arte, convivieran.
De esa manera, se pensó en su momento, poniendo libros al alcance de todos y promoviendo la interacción con el arte y las ciencias, se lograría una sociedad crítica y educada en la apreciación de las mismas. Para consolidar lo anterior, se institucionalizaron, por mencionar tres ejemplos, las misiones culturales, las bibliotecas para la actualización de maestros (hoy centros de maestros) y las bibliotecas escolares. Las tres iban sobre el mismo objetivo: formar lectores y críticos de las artes en general. La primera enfocó su atención a las comunidades. A educar a la sociedad. La segunda en formar como lectores a los docentes. Y la tercera, pensada en los alumnos. Como puede inferirse, la estrategia debía tener consecuencias excelentes.
Lo anterior sirve como bosquejo para ubicar a las bibliotecas actuales en la importancia que tienen para las escuelas. Contar con libros gratuitos y de excelente calidad en edición y de contenido, es fundamental en la formación de lectores. Sin embargo, para alcanzar dicho objetivo siguen siendo indispensables los maestros lectores. Profesionistas que conozcan los títulos y autores que habitan las bibliotecas escolares. Ello es fundamental en el momento de sugerir un texto o autor a los nuevos lectores. También da pie a que el salón de clases se vuelva un espacio donde se discuta y analice una infinidad de textos. Además de que los aprendizajes que se generan en las aulas, pueden reforzarse con los títulos de las bibliotecas escolares.
Actualmente es necesario e imprescindible que a las bibliotecas se les reconozca el poder que pueden ejercer para transformar el pensamiento y las conciencias de los individuos. Por ello es importante que cada escuela cuente con este espacio. Los docentes deben procurar que las bibliotecas cuenten con sillas y mesas donde los jóvenes puedan utilizar los libros, además de promover, siempre, la lectura de los libros y actividades artísticas como talleres de lecturas, creación de textos literarios, ensayos científicos, fotografía, por mencionar algunas ideas. Es importante que los docentes sean lectores apasionados para trasmitir ese gusto por los libros, ya que tener mamotretos no basta, es necesario curiosear qué hay dentro de ellos.
En las bibliotecas escolares hay excelentes títulos y autores. Las obras van desde literatura universal, hasta lo local, pasando por el nacional. Podemos hallar excelentes obras como El quijote de la mancha, La divina comedia, así como obras más recientes donde destacan autores como Carlos Fuentes, José Agustín, José Emilio Pacheco, Ernest Hemingway, B. Traven, Estenbeik, por mencionar algunos. Lo anterior refuerza la idea de que todo joven que egrese de secundaria tenga conocimiento sobre literatura. Sin embargo, en las bibliotecas también hallamos textos sobre geografía, biología, astronomía, astrología, fotografía, música, antropología e historia, por mencionar algunos temas. Si las bibliotecas funcionaran centros de expresiones artísticas y de creación cultural, seguro tendríamos una sociedad crítica y con un alto nivel de comprensión sobre la historia y fenómenos sociales y artísticos actuales.
Ahora, siendo más exigentes, la biblioteca escolar, a parte de reforzar los aprendizajes y acercar a los jóvenes a las novelas, los cuentos, la poesía, el teatro y el ensayo, debe abrir sus puertas a los padres de familia. Ellos también deben beneficiarse de los saberes que poseen las bibliotecas. Para ello es de suma importancia actividades mensuales donde los padres de familia intervengan. Quizá lo anterior motive a algunos papás a tomar un libro por cuenta propia, y por la tarde compartirlo con el hijo o hija. Además, como actividad permanente que debe promoverse, están los préstamos de libros a domicilio. Lo anterior busca que el lector, alumno o papá, lea en el espacio y momento que elija. De esta manera, la biblioteca, el hogar de los libros, se consolida como el corazón de la escuela. Desde allí pueden organizarse eventos y actividades culturales que favorezcan la convivencia entre alumnos y padres de familia.
Para lograr lo anterior, el apoyo de los docentes es clave. Sin ellos, ninguna acción tendrá resultados. Por ello es de reconocer el esfuerzo que hacen y apoyarlos. Formar lectores se vuelve una tarea de todos y que a todos beneficia. Así que si los docentes hacen una parte, corresponde a la sociedad y al gobierno hacer la otra parte. Por ejemplo, que los docentes sean formados como bibliotecarios, es una excelente idea.
Creo que en las bibliotecas escolares deben estar todos los sectores. En la medida en que papás, sociedad, medios de comunicación y gobierno reconozcan la importancia de las bibliotecas y la retroalimenten con actividades culturales, es en la medida que México, como país, empezará a avanzar hacia una actitud crítica y de respeto.
Hola Amigo Ornán, lo que escribes es muy interesante, hay que rescatar la biblioteca y te apoyo en tu propuesta, pero cuando dices maestros, considero que serán algunos maestros, son aquellos que les gusta la lectura, ¿A quién contratarías para apagar un incendio? ¿A quién pedirías que te intervenga quirúrgicamente?. En el caso de la letura, a los maestros que les gusta la lectura, esos sí usarían la creatividad, los recursos y estrategias para fomentarla.
ResponderEliminarRecuerda que para cada clavo hay un martillo y cuando no hay martillo, no usas cualquier piedra.
Alejandro.