martes, 18 de agosto de 2015

Redil de ovejas de Vicente Leñero


¿Podría concebirse a Dios sin religión? Es posible. Vicente Leñero (Guadalajara, Jalisco,  1933-México, D.F., 2014) en Redil de ovejas, editado por Seix Barral, plantea una revisión de las formas como algunas personas viven la religión católica, mas no define en sí qué es la religión, lo cual sería argumento para desarrollar una tesis de investigación. La novela que nos plantea Leñero, autor de Los albañiles y El Evangelio de Lucas Gavilán, goza de la sencillez narrativa que permite al lector sentarse ante libro y levantarse sólo cuando concluya su lectura.

¿La religión como medio para llegar a Dios se limita al rezo, a las limosnas, confesarse los fines de semanas y acudir a misa? ¿Estas practicas rutinarias no provocan hartazgo y deseos de experimentar una vida de pecado?, pareciera cuestionarnos el autor cuando describe la rutina de los feligreses al confesarse y decir cosas que, en esencia, ya no sienten pero que dicen más como una responsabilidad eclesiástica que por convicción. ¿El padre mismo, ese hombre que se encarga de las misas, de escuchar con atención las confesiones y de ofrecer las penitencias para que los pecados sean perdonados por Dios, no se cansa y aburre de escuchar, en las mayoría de las ocasiones, lo mismo? En los personajes de Rosita, una anciana recluida en una habitación acompañada de santos, y del padre Bernardo, un sacerdote con deseos de sugerir a los feligreses que vayan más allá del simple acto protocolario y se sumerjan a escudriñar la conciencia misma, pueden hallarse respuestas a los cuestionamientos.

En Redil de ovejas, según Gonzalo, ayudante del padre Bernardo, la 
religión está siendo acechada por las huestes del infierno con la efervescencia del comunismo, inspirado por las practicas sociales cubanas. “Cristianismo sí, comunismo no”, corean en las calles los religiosos, porque según el comunismo es la amenaza más terrible a la religión, pues los comunistas sólo buscan hacerse del poder para someter al pueblo. ¿La religión misma no es un acto de sometimiento cuando a los niños se les impone en lo que deben creer? Lo anterior se ejemplifica de manera nítida en la relación que se establece entre Rosita y Bernardo, quien más tarde será padre. ¿No es la propia Rosita quien, mediante el miedo, modifica la actitud de Bernardo al grado de hacerlo pensarse párroco?


Leñero ofrece al lector una historia exquisita que pondrá al lector a 
reflexionar sobre las múltiples formas que puede vivirse la religión, además de las limitaciones que ésta impone a la naturaleza del hombre. ¿Es acaso que el ser humano está destinado a encapsularse a una religión que le impone normas, además de penitencias como pagos para expiar culpas? No lo creo. Sin embargo, es necesario conocer Redil de ovejas para que el lector se haga una idea más objetiva sobre el tema.

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